El pasado domingo me deshice de este par de zapatillas minimalistas (por excelencia) porque la tela de la derecha estaba hecha polvo por uno de los lados. Me las compré por el simple capricho de comprobar las excelencias proclamadas por el Dr. Romanov y sus seguidores sobre sus virtudes, al fin y al cabo me costaron poco más de 50 €.
Salvando las primeras salidas en las que su comportamiento fue muy bueno y en las que pude comprobar las virtudes del "zero drop", he de decir que por lo menos a mí no me ha parecido un modelo para nada prepadarado para correr: el upper (por donde se rompió) muy delicado y con muy poca estabilidad lateral (quizá el motivo de mis molestias en los peroneos). Concluyendo, no se las recomiendo a nadie. Como recuerdo, guardo las cordoneras.
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